viernes, marzo 26, 2010

Escenarios


Escenarios futuros

Para bien de algunos, la actividad opositora se realizará desde Valparaíso y según la conferencia de prensa de turno, desde Santiago. En todas las tiendas partidarias de lo que hoy conocemos como Concertación, se vislumbran presidentes o directivas con un cargo en el Congreso.

La actividad política de la oposición se fundirá con el rol fiscalizador de los Diputados y de los Senadores de regiones pares. En éste escenario los partidos serán relegados por el quehacer legislativo, por ende el espacio para la vida partidaria será secundaria o nula. La oposición se consolidará como Parlamentaria y no como Partidaria. El rol del militante entonces, cuál será...?

De esta situación aparecerán las voces de invitación al trabajo comunal, pero en los 147 municipios concertacionistas no habrá espacio, pues ya está resuelta la metodología de gestión y los 1.070 concejales en ejercicio verán con preocupación la presencia de un contingente políticamente disponible. Sólo estarán aptos desde inicios del 2011.

El ímpetu presidencial por alcanzar logros rápidos, evidentemente hará su aporte al rol opositor, la inexperiencia de los nuevos servidores públicos hará otro tanto, pero no será suficiente para reencantar a los electores que verán logros, sin duda, como parte de la llamada “reconstrucción”. Que duda cabe, los mismos barómetros de popularidad gubernamental se fusionaran con las curvas accionarías de rentabilidad.

La reconstrucción marcará la agenda de infraestructura, atención primaria y docente. Impedirá voces que suenen contrarías al llamado de unidad del país. Ya nadie se acordará de eliminar el 7% a los adultos mayores, acordar devoluciones de la deuda histórica a los profesores, mejorar -aunque mediáticamente- la percepción de vulnerabilidad producto de la delincuencia, la calidad de la educación y los logros en su gestión, como así mismo la salud, y por ende la creación de empleos de calidad. La sociedad verá: indicadores de gestión versus criticas destempladas de los políticos que añoran el poder perdido.

Entonces surge la pregunta simple y profunda del sentido opositor, hacia dónde apunta porqué se opone o porqué acuerda con el oficialismo. La reconstrucción es la excusa perfecta para Piñera. No tiene programa, no puede ser fiscalizado y los conflictos de intereses no son más que retórica opositora. Podemos postergar la discusión pero no será posible eliminarla

Claramente es relevante construir un nuevo ideario social y político para el siglo 21 que represente a la ciudadanía fueras de las luces de neón que el mercado y el consumo les entregará. Para lo cual se requiere una mayoría que no habita el Congreso, sino es la suma de todos los grupos opositores. Entenderlo de otra forma es más de lo mismo y se denomina: soberbia.

Si ayer se requería igualdad, hoy se necesita respeto y unidad. Para esto todos cuentan.

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