miércoles, octubre 06, 2010

Quiero mis primarias.. Ahora...!




Santiago, Noviembre 2008



ANTECEDENTES
En nuestro país, los partidos políticos y el gobierno han usado en forma sistemática encuestas de opinión para dirimir, definir o interpretar la realidad.

La historia de los sondeos de opinión presenta un conjunto de aciertos, pero también no están exentas de “fracasos” o de resultados erróneos. Basta un hecho político que altere la agenda durante el periodo de entrevistas para que los resultados queden invalidados.

Al ser una imagen de un estado concreto de la opinión pública, los sondeos pre-elecciones, adquieren mayor valor cuando se desarrollan en un contexto general de “normalidad”. Esto es, en la medida en que no ocurren acontecimientos particularmente significados, entre la fecha de configuración de los sondeos y la fecha de las elecciones, por ejemplo un acto de primarias.

Nadie puede negarse a usar los productos y la información de encuestas como instrumentos de orientación y percepción, pues resultan absolutamente funcionales, pero como mecanismo para dirimir entre candidatos presidenciales de la Concertación quedan sobrevaloradas.

La alternativa es simple: participación ciudadana.

El solo hecho de convocar a las personas a participar de una decisión de trascendencia nacional como primarias, plebiscitos, etc.; entrega a estos diversos “derechos” y los hace parte del resultado.

Las primarias como instrumentos de definición política y electoral han confirmado que la Concertación es patrimonio de los ciudadanos, más que de los partidos. Los procesos electorales precedidos de primarias, lo han demostrado y la masiva participación en estos lo corrobora.

Para los procesos electorales tradicionales, existe un importante segmento de no inscritos que de elección a elección, vuelven a ser foco de atención, más aún en un padrón cuyo crecimiento es menor.

En este segmento se concentra gran parte de los jóvenes chilenos, que al ser encuestados respecto de su participación en las elecciones municipales del 2008, revelan que cerca del 80% de los mayores de 18 años no votaría en las elecciones municipales, principalmente por no estar inscrito en los registros electorales. Segundo, el 68% de los jóvenes considera que la clase política no se preocupa de la juventud; mientras que un 54.5% cree que los candidatos de su comuna carecen de un discurso inclusivo hacia el mundo joven, dejándolo fuera de las propuestas electorales.

Para las elecciones del ’93 los “No Inscritos”, ascendían a un 9.7% de la población en edad de votar y la abstención se acercaba al 8.7%. Este grupo representaba al 18.4% de la población. Luego para la presidencial del ’99 esta suma llegó al 29,3%. Hoy en la municipal del 2008, la cifra se acercó del 40% de la población en edad de votar y que no habría participado .

Un segundo estudio realizado por LyD , establece como resultado que los factores que facilitaría la participación, serían el tipo de inscripción (automática) y la no obligatoriedad del voto. Entonces, sólo considerando a los encuestados que participarían si pudieran prescindir de concurrir a una oficina a inscribirse en los registros electorales, cerca del 43% de los no inscritos participaran de un acto electoral.


Primarias y Plebiscito

La Concertación ha desarrollado dos actos públicos, transparentes y participativos de elección primaria.
• En 1993 por medio de inscripciones previas, participaron 435.291 ciudadanos para elegir libremente entre Eduardo Frei (62.9%) y Ricardo Lagos (37.1%).
• En 1999 participaron 1.403.070 ciudadanos para definir al futuro presidente de Chile, entre: Ricardo Lagos (71.4%) y Andrés Zaldivar (28.6%).

Para julio del año 2005 se había programado un nuevo proceso de primarias, entre Soledad Alvear y Michelle Bachelet, pero luego de los primeros debates surgió la decisión de no competir por parte de Alvear, quedando facultada sólo la actual presidenta, Bachelet.

Mirando hacia el 2009, el próximo candidato presidencial concertacionista, debe nacer de una convención, de un conclave ciudadano, de una primaria o de aquel mecanismo en el que se incluya a todas las personas; inscritos y no inscritos, en Chile y en el extranjero. Cuyo único requisito es, ser mayor de 18 años. Primero, la legitimidad que alcanzará un candidato con una amplia participación. Segundo la convocatoria que expresarán las opciones en competencia revitalizará la “mística” y el sentido épico de una contienda electoral, logrando re-encantar a la ciudadanía concertacionista.

El valor de la participación y el respeto a la opinión de nuestros ciudadanos es, hoy por hoy, una de las grandes diferencias; entre la política con valores e ideología, respecto de la política de las ganancias.

Para ser claros, cuando la decisión política requiere de la opinión ciudadana; estos participan. Cuando son convocados, están disponibles.

Universo electoral
No obstante lo interesante que pueda resultar la convocatoria y las opciones en competencia, nada indica que al mantener los mismos mecanismos se logre una mayor participación efectiva en primarias, que la alcanzada en el ’99 de 1,4 millones de personas.

Se hace un deber ampliar el universo a convocar. Esto es invitando a la participar a los inscritos y a los No Inscritos, junto a los chilenos en el Exterior.

a.- Control
Los avances tecnológicos en el campo de la Informática, hoy permiten materializar en un evento de éstas características la inscripción automática y el control en línea de quienes participan. Por lo tanto, al disponer del registro de identificación todos los chilenos mayores de 18 años y que no estén inscritos en partidos de Derecha (sólo rut); es posible organizar en unas 18.000 mesas y más de 900 locales de conformación mixta (mujeres y varones), los espacios para evitar duplicidades y favorecer la incorporación de quienes bajo la actual modalidad no participarían. A modo de ejemplo, la tecnología favorece las transacciones bancarias en forma electrónica, el grado de confianza permite a la banca nacional perfeccionar los controles y mecanismos de seguridad. Además en las elecciones presidenciales, parlamentarias, municipales los resultados son informados rápidamente, gracias a las tecnologías existentes y el grado de confianza nuevamente es alto.

Entonces en cada recinto de votación se debieran establecer un conjunto de mesas que agrupen a las personas no inscritas en los registros electorales. Ordenadas por apellido, por rut, etc.

A la luz de esto la invitación sería: “concurra libremente a votar con su cedula de identidad, al recinto habilitado, más cercano a su domicilio y exprese sus opiniones respecto de las opciones presentadas”.

Bajo estas condiciones de registro, es posible realizar un acto de votación, tal y como lo conocen los electores al día de hoy: en papel. Realizando el recuento en forma electrónica, a fin de favorecer la obtención de resultados a temprana hora.

Alternativamente, es posible poner a disposición la tecnología para disponer de votos electrónicos. Mecanismo por el cual los resultados se conocerían al instante. La dificultad está asociada a los costos del equipamiento. El beneficio es la innovación en política, la modernidad electoral con parámetros de seguridad del más alto nivel y lo ilustrativo que resultaría un proceso de estas características para los parlamentarios y partidos políticos de la Derecha. Estableciendo una nueva vara, que hace más difícil desarrollar un evento de iguales cualidades.

b.- Chilenos en el exterior
En el caso de los chilenos en el exterior, se requiriere un proceso de inscripción previa. La estructura y el acto pueden ser solicitados a las organizaciones de chilenos en el exterior. El control y registro de las votaciones, puede ser realizado en línea, dada la tecnología existente.
La magnitud de participación puede ser de gran envergadura, dependiendo de las facilidades disponibles, controles, motivaciones, etc.


Plebiscito
Alternativamente, es posible sumar a lo atractivo de la ampliación del universo de participantes en un acto de primarias, la posibilidad que decidan respecto las principales definiciones políticas-programáticas en un plebiscito programático de la Concertación.

Cada postulante o abanderado, propone al país un conjunto de ideas, proyectos, bases de programa; en un número máximo; estableciendo que las 7 o 10 más apoyadas, conformarán las bases del programa político del próximo gobierno. Permitiendo en pleno siglo XXI la valoración a la opinión ciudadana, el acercamiento de las ideas políticas al debate cotidiano para determinar “que queremos del próximo gobierno”. Surgiendo así con pilares ciudadanos un programa de gobierno.

Es decir, se vota en una papeleta por un candidato a Presidente y en otra por la idea o propuesta que más le representa al elector.

El elector ahora sería parte de las decisiones no sólo electorales sino también políticas. El elector de primarias tendría ante la ciudadanía en su conjunto ventajas, que sólo en un gobierno de la concertación podrían todos alcanzar: participación.


Itinerario
La primaria del ’99 evidenció que luego de su término el 30 de mayo, se dejó espacio para el surgimiento electoral de la Derecha y la captura de los conceptos de campaña por parte de ésta. Si en esta ocasión el tiempo del proceso de campaña de primarias se aumenta, claramente sale de la agenda noticiosa los candidatos de Derecha.
Nota al margen, el peor escenario para la Concertación, es una Derecha donde se presenten dos candidatos. El 2005 ya hicieron valer esta opción. Hoy es más probable que se focalicen en una sola figura como en el ’99.

Bajo esta modalidad un proceso de primarias debía terminar el domingo 6 de septiembre del 2009, para lo cual y dependiendo del tiempo que se destinará para trabajo de difusión de las candidaturas y programas en cada región; existen 3 opciones. Una fecha cercana el 9 de febrero (con 15 días por región), al 19 de Abril del 2008 (con 10 días para cada región) o el 31 de mayo de 2009 (con 7 días para cada región); cualquiera de estas fechas dependerá de los avances en la organización y definiciones políticas que los partidos de la Concertación establezcan.

Entonces convocar a la ciudadanía para realizar 15 procesos regional que culmine el domingo 6 de septiembre de 2009, justo a tiempo para inscribir las candidaturas en Servel y lo más importante con tiempo para la inscripción en los registros electorales de aquellos chilenos que vean y sientan la importancia de su voz expresada en las urnas.

Alternativamente se puede pensar con dos tipos de primarias:
 Acumulativa: 15 elecciones en diferentes fechas que culminan en la RM el 6 de Septiembre.
 Simultanea: se realizan todas las elecciones el 6 de Septiembre.

Es sin duda un arduo trabajo electoral y de organización. El objetivo lo exige. La planificación y las definiciones previas, tanto políticas como reglamentarias del proceso; facilitarán alcanzar una meta de más de 2 millones de chilenos participando. Nuestra experiencia en las primarias del ’93, del ’99 indica que es posible convocar y organizar un evento político, electoral y programático con éxito.


Una pista adicional
En la Concertación sabe de momentos difíciles y su capacidad de gobernar le permite sortear con éxito las dificultades que han ido surgiendo.
Los desafíos para enfrentar unidos las próximas elecciones son tres: candidato único, programa de gobierno y lista parlamentaria.

La modalidad planteada de Primaria-Plebiscito, aporta a la resolución de los dos primeros desafíos, pero podría complementar la resolución del tercer problema.

El momento de inscribir las candidaturas para la contienda presidencial, sería posible definir la modalidad de inscripción de candidaturas al Congreso Nacional para Diputados. Permitiendo la inscripción de todas las opciones que existan en cada partido y en cada distrito. Descomprimiendo la presión partidaria por los “cupos” al parlamento y definiendo en un reglamento de honor la vinculación del resultado. Conformándose así una plantilla parlamentaria definida por la ciudadanía, dado lo restrictivo del sistema binominal, que ayuda a la renovación y a la ratificación de las mejores opciones.

Disponemos de grandes parlamentarios, con capacidad propositiva y analítica, pero la Concertación requiere recuperar los espacios que los parlamentario elegidos con votos de la Concertación dejaron de lado por sus propios proyectos. Es decir a lo menos los 8 diputados que dejaron las filas de la concertación deben ser recuperados para que la conformación de un proyecto de gobierno tenga respaldo parlamentario.

Por esta vía es posible entonces, solicitar a los electores su pronunciamiento por las candidaturas de Diputados que debería acompañar al abanderado presidencial desde el Congreso Nacional. Es decir, se vota en una papeleta por un candidato a Presidente, en otra por la idea o propuesta que más le representa al elector y en otra por los candidatos al Congreso Nacional.

El elector ahora sería parte de las decisiones electorales y de las políticas.

Una de las más importantes debilidades de la Concertación en la reciente elección de alcaldes, fue la selección de candidatos. Esta modalidad de primarias, debería complementar por medio de votos directos la conformación de las “plantillas parlamentarias” competitivas. Estableciendo en carácter vinculante su resultado.

La definición participativa de los candidatos, la reinvención de la Concertación por medio de un programa amplio y representativo para un proyecto de país al desarrollo en el siglo XXI, y la conformación de un cuerpo competitivo de parlamentarios, avalados por más de 2 millones de personas; harán de las próximas primarias el colofón del principal objetivo establecido para la Concertación: la democracia, dando paso a la conformación de una Concertación para el Desarrollo, pluralista y moderna.

miércoles, agosto 18, 2010

Habemus Electos para el Comité Central 2010-2012





El peso de la historia ha presionado a quienes tienen como principal responsabilidad, oficiar de ecuánimes en el Partido Socialista. No obstante han hecho lo que se esperaba de ellos, ser Supremos, a los que recordaremos como los menos neutrales de todos los tiempos y hasta marzo del 2011 mantendrán sobre sus sienes la corona de olivos como Tribunos. Luego de ese momento y despojados de su sacrosanctitas, el barro de sus zapatos ensuciará las calles empedradas y podrán recibir el saludo que corresponde. La historia los hará suyo, y la indiferencia del tiempo les explicará que nadie recordará con afecto su actitud, ni siquiera los beneficiados de sus artificios.
Creo que hemos vivido un proceso electoral en el PS, tal y como son estos actos, cargados de obstáculos y orientados por quien ostenta el poder inmediato. Algunas nubes claras se vieron rondar guiadas por el futuro (actual) máximo líder de lo que ya no es Nuevo y poco le queda de Izquierda, y que contrastan con el sello que se impregnó en la reglamentación tendenciosa y a ratos autoritaria, justificada por instructivos cargados de buenas intensiones, pero carentes de legalidad. El que emanen del máximo pleno, no es suficiente.
De los resultados, nos enterábamos por la web con una imprecisión, que se podría decir: oficial. Al punto que la famosa empresa (desconocida y bien cuidada) representó fielmente este concepto, desarrollado por nuestros Tribunos criollos.
Todos recordarán el incidente donde la impotencia de no ser escuchados, obligó a subir la voz más allá de lo permitido, haciendo que se desordenaran las piezas del tablero e inmediatamente se nos vino la réplica en forma de ataque, buscando propinar un jaque al pequeño y liviano Alfil (bueno no tan pequeño ni liviano). Como colofón de éste hecho quedó la frase: “en mi tablero yo ordeno y tu observas, sino dispongo de peones que te harán retroceder”. (-Esto dicho en elegante, pero en la práctica, lo mismo cargado de chilenismos-).
No era un misterio la situación regional, ya que desde semanas anteriores, los ojos inquisidores del papado, estaban orientados a la Quinta Región. A quienes se les tildó de “matones”, de querer construir partido para sí y luego llevarlo hacia el vecino del PRO, de intransigentes. Al punto que los miembros del Tribunal Regional despertaron el día de la elección sin ser lo que eran y siendo notificados por el interventor regional que su herejía no permitía indulgencia alguna, dada la magnitud de sus pecados.
Nadie podría decirnos que los dejamos hacer lo que ellos quisieron. Hicieron lo que quisieron, independiente de la opinión nuestra y nuestro actuar. Simplemente ejercieron como si el bando número 5, fuera su inspiración. Asumiendo una sordera y ceguera propia de un jueces chilenos, guiado por el temor al dictador.

Todos quedamos con un sabor amargo: vencidos y ganadores.
La facilidad de palabras para expresar desconfianzas, traiciones, ironías y descalificar gratuitamente en instancias Supremas, se hizo una costumbre, que dejará la huella indeleble que esto no puede suceder.

La alternativa no es cambio o recambio, es transformar la actividad política en un instrumento que apoye al débil y le dé el estatus de respeto que merece, ante el poderoso. Un estatus que considere justicia e igualdad, en esta condición un partido político debe representar con energía a una ciudadanía, pero ser una voz ética y cargada de valores y principios.

La lucha continúa y se requiere ser parte de los futuros Supremos para cambiar la historia, en lo que a esta arista se refiere, pero nadie puede hacerlo solo se requiere ser parte, estar… es esencial para dar el paso siguiente y si eso se llama “lote” o bancada, llamémosle como se requiere: revolucionarios.

viernes, marzo 26, 2010

Programa de Gobierno


Seamos honestos, la mayoría de los 7,2 millones de personas que participaron en la elección presidencial no conocieron las propuestas de las candidaturas presidenciales. Se conoce por encima, ideas sueltas, pero sin ahondar en el detalle, pues la discusión mediática estuvo centrada en otros aspectos.

La Constitución no obliga la existencia de un programa y menos su cumplimiento. La Ley Orgánica constitucional sobre sistema de inscripciones electorales no condiciona el acto de inscripción a la presentación de ideas o propuestas, para que decir evaluar el cumplimiento.

En la práctica todo candidato a un cargo de elección popular establece como prioridad su imagen, un slogan y folletería que contenga antecedentes de su trayectoria e ideas con valores universales. El proceso electoral chileno es más complejo, ya que los ciudadanos escrutan a los candidatos desde que aparece su primer opúsculo en algún medio de comunicación o pared. Pero tal como indican los resultados electorales, centralmente el votante se quedan con las variables gruesas: sector político al que se adscribe, experiencia e imagen pública.

En ese contexto el candidato podrá pensar lo que quiera y actuar de igual forma. Un candidato puede casarse y separarse después de 32 días. Un candidato puede cambiarse de sector político, renunciar al partido que lo promovió y terminar incólume. Se puede conocer que su trabajo como profesor universitario era mentira, que la experiencia declarada no era tal, y aún así no ser “castigado electoralmente” por la ciudadanía.

Recientemente la Derecha fundó su campaña presidencial en el agotamiento de la Concertación . A juicio de la derecha, la concertación estaba interdicta para seguir gobernando, y su fatiga ideológica le había llevado a incumplir sus promesas. Era mejor optar por el “cambio”.

Como es tradición, las candidaturas presidenciales mostraron sus respectivos programas y los concertacionistas que ganaron por elección popular, gobernaron ante la ciudadanía mostrando respecto a la fe pública por medio de una agenda política propuesta al país en sus respectivos periodos.

Entonces la ciudadanía puede encontrar en la diferencia, entre lo expresado en los respectivos programas con los resultados alcanzados y a partir de esto, formular el cumplimiento o incumplimiento. La consignación del documento escrito aporta la certeza, prueba el hecho y al estar revestido de fe pública queda dotado de una presunción de veracidad, no obstante carecer de requisitos y formalidades legales.


Como sabemos, en el periodo recién terminado de Bachelet, los instrumentos sociales de evaluación indican que la mandataria, principal figura política del país, es evaluada inéditamente con un 84% de aprobación . No obstante, la carga publicitaria de los medios de comunicación de Derecha, logró estampar ante los electores que la fe pública había sido dañada por el incumplimiento de promesas de campaña. Cuando en la práctica es una de las personas que más apegada a su programa gobernó. Es decir: cumplió.

Un programa de gobierno es un instrumento de evaluación que, al estar sin las formalidades propias de nuestro sistema legal y sin requisitos que permitan su control, hacen factible su total, parcial o nula utilización, como instrumento de control ciudadano.

Hoy asistimos al hecho que por causas de la naturaleza, atendibles y lamentables, el programa de gobierno de Sebastián Piñera Echenique, no será cumplido y debe ser modificado para enfrentar el nuevo escenario de “reconstrucción”.

Cabe preguntarse entonces, ¿Cuánto de lo comprometido es razonable que sea cumplido, bajo este nuevo escenario social ,todas las propuestas presentadas, en éste contexto, se deben cambiar, el necesario plan de reconstrucción también afecta a las regiones de Arica y Punta Arenas?.

Sumemos a la falta de un programa malos filtros en la designación de cargos de confianza y el agravante de intereses económicos cruzados. Lo que vemos es que la “nueva forma de gobernar” incluye las mismas prácticas partidarias que fueron criticadas ayer.

Primero, se requiere de instrumentos formales que permita evaluar el quehacer del gobierno. Dejar esa responsabilidad solo a los instrumentos privados de medición social es dejar que el mercado regule . De ser así las encuestas dirán lo que quieran quienes las dirijan o soliciten.

Segundo, es imprescindible conocer el programa de gobierno actualizado. Piñera le debe certezas y definiciones a la ciudadanía que lo votó (claro, llevado al contexto de la reconstrucción). Como no existe formalidad legal para un programa, la fe pública queda relegada a la buena voluntad del accionista mayoritario y de sus parroquianos.

Por último, al ser evidente que no se podrá cumplir lo que fue dicho en los programas con que se hizo campaña -más aún si se ofreció excelencia - y esta no ha llegado, ayudaría a que en los futuros procesos electorales las ideas gobiernen por sobre la imagen. Se debe disponer como condición de entrada a la inscripción de un candidato un programa de ideas. Documento que permita dar cuenta pública de los compromisos que un candidato desea suscribir al postular a Concejal, Alcalde, Diputado, Senador y Presidente o Presidenta y que luego la fe pública evaluará.

Quiero dejar constancia




En noviembre del 2008 hice llegar a todos los partidos de la Concertación desde Chile21, la siguiente propuesta.

Ver en (http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20081217/pags/20081217224100.html)


En nuestro país, los partidos políticos y el gobierno han usado en forma sistemática encuestas de opinión para dirimir, definir o interpretar la realidad.

La historia de los sondeos de opinión presenta un conjunto de aciertos, pero también no están exentas de “fracasos” o de resultados erróneos. Basta un hecho político que altere la agenda durante el periodo de entrevistas para que los resultados queden invalidados.

Al ser una imagen de un estado concreto de la opinión pública, los sondeos pre-elecciones, adquieren mayor valor cuando se desarrollan en un contexto general de “normalidad”. Esto es, en la medida en que no ocurren acontecimientos particularmente significados, entre la fecha de configuración de los sondeos y la fecha de las elecciones, por ejemplo un acto de primarias.

Nadie puede negarse a usar los productos y la información de encuestas como instrumentos de orientación y percepción, pues resultan absolutamente funcionales, pero como mecanismo para dirimir entre candidatos presidenciales de la Concertación quedan sobrevaloradas.

La alternativa es simple: participación ciudadana.

El solo hecho de convocar a las personas a participar de una decisión de trascendencia nacional como primarias, plebiscitos, etc.; entrega a estos diversos “derechos” y los hace parte del resultado.

Las primarias como instrumentos de definición política y electoral han confirmado que la Concertación es patrimonio de los ciudadanos, más que de los partidos. Los procesos electorales precedidos de primarias, lo han demostrado y la masiva participación en estos lo corrobora.

Para los procesos electorales tradicionales, existe un importante segmento de no inscritos que de elección a elección, vuelven a ser foco de atención, más aún en un padrón cuyo crecimiento es menor.

En este segmento se concentra gran parte de los jóvenes chilenos, que al ser encuestados respecto de su participación en las elecciones municipales del 2008, revelan que cerca del 80% de los mayores de 18 años no votaría en las elecciones municipales, principalmente por no estar inscrito en los registros electorales. Segundo, el 68% de los jóvenes considera que la clase política no se preocupa de la juventud; mientras que un 54.5% cree que los candidatos de su comuna carecen de un discurso inclusivo hacia el mundo joven, dejándolo fuera de las propuestas electorales.

Para las elecciones del ’93 los “No Inscritos”, ascendían a un 9.7% de la población en edad de votar y la abstención se acercaba al 8.7%. Este grupo representaba al 18.4% de la población. Luego para la presidencial del ’99 esta suma llegó al 29,3%. Hoy en la municipal del 2008, la cifra se acercó del 40% de la población en edad de votar y que no habría participado .

Un segundo estudio realizado por LyD , establece como resultado que los factores que facilitaría la participación, serían el tipo de inscripción (automática) y la no obligatoriedad del voto. Entonces, sólo considerando a los encuestados que participarían si pudieran prescindir de concurrir a una oficina a inscribirse en los registros electorales, cerca del 43% de los no inscritos participaran de un acto electoral.


Primarias y Plebiscito

La Concertación ha desarrollado dos actos públicos, transparentes y participativos de elección primaria.
· En 1993 por medio de inscripciones previas, participaron 435.291 ciudadanos para elegir libremente entre Eduardo Frei (62.9%) y Ricardo Lagos (37.1%).
· En 1999 participaron 1.403.070 ciudadanos para definir al futuro presidente de Chile, entre: Ricardo Lagos (71.4%) y Andrés Zaldivar (28.6%).

Para julio del año 2005 se había programado un nuevo proceso de primarias, entre Soledad Alvear y Michelle Bachelet, pero luego de los primeros debates surgió la decisión de no competir por parte de Alvear, quedando facultada sólo la actual presidenta, Bachelet.

Mirando hacia el 2009, el próximo candidato presidencial concertacionista, debe nacer de una convención, de un conclave ciudadano, de una primaria o de aquel mecanismo en el que se incluya a todas las personas; inscritos y no inscritos, en Chile y en el extranjero. Cuyo único requisito es, ser mayor de 18 años. Primero, la legitimidad que alcanzará un candidato con una amplia participación. Segundo la convocatoria que expresarán las opciones en competencia revitalizará la “mística” y el sentido épico de una contienda electoral, logrando re-encantar a la ciudadanía concertacionista.

El valor de la participación y el respeto a la opinión de nuestros ciudadanos es, hoy por hoy, una de las grandes diferencias; entre la política con valores e ideología, respecto de la política de las ganancias.

Para ser claros, cuando la decisión política requiere de la opinión ciudadana; estos participan. Cuando son convocados, están disponibles.

Universo electoral
No obstante lo interesante que pueda resultar la convocatoria y las opciones en competencia, nada indica que al mantener los mismos mecanismos se logre una mayor participación efectiva en primarias, que la alcanzada en el ’99 de 1,4 millones de personas.

Se hace un deber ampliar el universo a convocar. Esto es invitando a la participar a los inscritos y a los No Inscritos, junto a los chilenos en el Exterior.

a.- Control
Los avances tecnológicos en el campo de la Informática, hoy permiten materializar en un evento de éstas características la inscripción automática y el control en línea de quienes participan. Por lo tanto, al disponer del registro de identificación todos los chilenos mayores de 18 años y que no estén inscritos en partidos de Derecha (sólo rut); es posible organizar en unas 18.000 mesas y más de 900 locales de conformación mixta (mujeres y varones), los espacios para evitar duplicidades y favorecer la incorporación de quienes bajo la actual modalidad no participarían. A modo de ejemplo, la tecnología favorece las transacciones bancarias en forma electrónica, el grado de confianza permite a la banca nacional perfeccionar los controles y mecanismos de seguridad. Además en las elecciones presidenciales, parlamentarias, municipales los resultados son informados rápidamente, gracias a las tecnologías existentes y el grado de confianza nuevamente es alto.

Entonces en cada recinto de votación se debieran establecer un conjunto de mesas que agrupen a las personas no inscritas en los registros electorales. Ordenadas por apellido, por rut, etc.

A la luz de esto la invitación sería: “concurra libremente a votar con su cedula de identidad, al recinto habilitado, más cercano a su domicilio y exprese sus opiniones respecto de las opciones presentadas”.

Bajo estas condiciones de registro, es posible realizar un acto de votación, tal y como lo conocen los electores al día de hoy: en papel. Realizando el recuento en forma electrónica, a fin de favorecer la obtención de resultados a temprana hora.

Alternativamente, es posible poner a disposición la tecnología para disponer de votos electrónicos. Mecanismo por el cual los resultados se conocerían al instante. La dificultad está asociada a los costos del equipamiento. El beneficio es la innovación en política, la modernidad electoral con parámetros de seguridad del más alto nivel y lo ilustrativo que resultaría un proceso de estas características para los parlamentarios y partidos políticos de la Derecha. Estableciendo una nueva vara, que hace más difícil desarrollar un evento de iguales cualidades.

b.- Chilenos en el exterior
En el caso de los chilenos en el exterior, se requiriere un proceso de inscripción previa. La estructura y el acto pueden ser solicitados a las organizaciones de chilenos en el exterior. El control y registro de las votaciones, puede ser realizado en línea, dada la tecnología existente.
La magnitud de participación puede ser de gran envergadura, dependiendo de las facilidades disponibles, controles, motivaciones, etc.


Plebiscito
Alternativamente, es posible sumar a lo atractivo de la ampliación del universo de participantes en un acto de primarias, la posibilidad que decidan respecto las principales definiciones políticas-programáticas en un plebiscito programático de la Concertación.

Cada postulante o abanderado, propone al país un conjunto de ideas, proyectos, bases de programa; en un número máximo; estableciendo que las 7 o 10 más apoyadas, conformarán las bases del programa político del próximo gobierno. Permitiendo en pleno siglo XXI la valoración a la opinión ciudadana, el acercamiento de las ideas políticas al debate cotidiano para determinar “que queremos del próximo gobierno”. Surgiendo así con pilares ciudadanos un programa de gobierno.

Es decir, se vota en una papeleta por un candidato a Presidente y en otra por la idea o propuesta que más le representa al elector.

El elector ahora sería parte de las decisiones no sólo electorales sino también políticas. El elector de primarias tendría ante la ciudadanía en su conjunto ventajas, que sólo en un gobierno de la concertación podrían todos alcanzar: participación.


Itinerario
La primaria del ’99 evidenció que luego de su término el 30 de mayo, se dejó espacio para el surgimiento electoral de la Derecha y la captura de los conceptos de campaña por parte de ésta. Si en esta ocasión el tiempo del proceso de campaña de primarias se aumenta, claramente sale de la agenda noticiosa los candidatos de Derecha.
Nota al margen, el peor escenario para la Concertación, es una Derecha donde se presenten dos candidatos. El 2005 ya hicieron valer esta opción. Hoy es más probable que se focalicen en una sola figura como en el ’99.

Bajo esta modalidad un proceso de primarias debía terminar el domingo 6 de septiembre del 2009, para lo cual y dependiendo del tiempo que se destinará para trabajo de difusión de las candidaturas y programas en cada región; existen 3 opciones. Una fecha cercana el 9 de febrero (con 15 días por región), al 19 de Abril del 2008 (con 10 días para cada región) o el 31 de mayo de 2009 (con 7 días para cada región); cualquiera de estas fechas dependerá de los avances en la organización y definiciones políticas que los partidos de la Concertación establezcan.

Entonces convocar a la ciudadanía para realizar 15 procesos regional que culmine el domingo 6 de septiembre de 2009, justo a tiempo para inscribir las candidaturas en Servel y lo más importante con tiempo para la inscripción en los registros electorales de aquellos chilenos que vean y sientan la importancia de su voz expresada en las urnas.

Alternativamente se puede pensar con dos tipos de primarias:
ü Acumulativa: 15 elecciones en diferentes fechas que culminan en la RM el 6 de Septiembre.
ü Simultanea: se realizan todas las elecciones el 6 de Septiembre.

Es sin duda un arduo trabajo electoral y de organización. El objetivo lo exige. La planificación y las definiciones previas, tanto políticas como reglamentarias del proceso; facilitarán alcanzar una meta de más de 2 millones de chilenos participando. Nuestra experiencia en las primarias del ’93, del ’99 indica que es posible convocar y organizar un evento político, electoral y programático con éxito.


Una pista adicional
En la Concertación sabe de momentos difíciles y su capacidad de gobernar le permite sortear con éxito las dificultades que han ido surgiendo.
Los desafíos para enfrentar unidos las próximas elecciones son tres: candidato único, programa de gobierno y lista parlamentaria.

La modalidad planteada de Primaria-Plebiscito, aporta a la resolución de los dos primeros desafíos, pero podría complementar la resolución del tercer problema.

El momento de inscribir las candidaturas para la contienda presidencial, sería posible definir la modalidad de inscripción de candidaturas al Congreso Nacional para Diputados. Permitiendo la inscripción de todas las opciones que existan en cada partido y en cada distrito. Descomprimiendo la presión partidaria por los “cupos” al parlamento y definiendo en un reglamento de honor la vinculación del resultado. Conformándose así una plantilla parlamentaria definida por la ciudadanía, dado lo restrictivo del sistema binominal, que ayuda a la renovación y a la ratificación de las mejores opciones.

Disponemos de grandes parlamentarios, con capacidad propositiva y analítica, pero la Concertación requiere recuperar los espacios que los parlamentario elegidos con votos de la Concertación dejaron de lado por sus propios proyectos. Es decir a lo menos los 8 diputados que dejaron las filas de la concertación deben ser recuperados para que la conformación de un proyecto de gobierno tenga respaldo parlamentario.

Por esta vía es posible entonces, solicitar a los electores su pronunciamiento por las candidaturas de Diputados que debería acompañar al abanderado presidencial desde el Congreso Nacional. Es decir, se vota en una papeleta por un candidato a Presidente, en otra por la idea o propuesta que más le representa al elector y en otra por los candidatos al Congreso Nacional.

El elector ahora sería parte de las decisiones electorales y de las políticas.

Una de las más importantes debilidades de la Concertación en la reciente elección de alcaldes, fue la selección de candidatos. Esta modalidad de primarias, debería complementar por medio de votos directos la conformación de las “plantillas parlamentarias” competitivas. Estableciendo en carácter vinculante su resultado.

La definición participativa de los candidatos, la reinvención de la Concertación por medio de un programa amplio y representativo para un proyecto de país al desarrollo en el siglo XXI, y la conformación de un cuerpo competitivo de parlamentarios, avalados por más de 2 millones de personas; harán de las próximas primarias el colofón del principal objetivo establecido para la Concertación: la democracia, dando paso a la conformación de una Concertación para el Desarrollo, pluralista y moderna.

Escenarios


Escenarios futuros

Para bien de algunos, la actividad opositora se realizará desde Valparaíso y según la conferencia de prensa de turno, desde Santiago. En todas las tiendas partidarias de lo que hoy conocemos como Concertación, se vislumbran presidentes o directivas con un cargo en el Congreso.

La actividad política de la oposición se fundirá con el rol fiscalizador de los Diputados y de los Senadores de regiones pares. En éste escenario los partidos serán relegados por el quehacer legislativo, por ende el espacio para la vida partidaria será secundaria o nula. La oposición se consolidará como Parlamentaria y no como Partidaria. El rol del militante entonces, cuál será...?

De esta situación aparecerán las voces de invitación al trabajo comunal, pero en los 147 municipios concertacionistas no habrá espacio, pues ya está resuelta la metodología de gestión y los 1.070 concejales en ejercicio verán con preocupación la presencia de un contingente políticamente disponible. Sólo estarán aptos desde inicios del 2011.

El ímpetu presidencial por alcanzar logros rápidos, evidentemente hará su aporte al rol opositor, la inexperiencia de los nuevos servidores públicos hará otro tanto, pero no será suficiente para reencantar a los electores que verán logros, sin duda, como parte de la llamada “reconstrucción”. Que duda cabe, los mismos barómetros de popularidad gubernamental se fusionaran con las curvas accionarías de rentabilidad.

La reconstrucción marcará la agenda de infraestructura, atención primaria y docente. Impedirá voces que suenen contrarías al llamado de unidad del país. Ya nadie se acordará de eliminar el 7% a los adultos mayores, acordar devoluciones de la deuda histórica a los profesores, mejorar -aunque mediáticamente- la percepción de vulnerabilidad producto de la delincuencia, la calidad de la educación y los logros en su gestión, como así mismo la salud, y por ende la creación de empleos de calidad. La sociedad verá: indicadores de gestión versus criticas destempladas de los políticos que añoran el poder perdido.

Entonces surge la pregunta simple y profunda del sentido opositor, hacia dónde apunta porqué se opone o porqué acuerda con el oficialismo. La reconstrucción es la excusa perfecta para Piñera. No tiene programa, no puede ser fiscalizado y los conflictos de intereses no son más que retórica opositora. Podemos postergar la discusión pero no será posible eliminarla

Claramente es relevante construir un nuevo ideario social y político para el siglo 21 que represente a la ciudadanía fueras de las luces de neón que el mercado y el consumo les entregará. Para lo cual se requiere una mayoría que no habita el Congreso, sino es la suma de todos los grupos opositores. Entenderlo de otra forma es más de lo mismo y se denomina: soberbia.

Si ayer se requería igualdad, hoy se necesita respeto y unidad. Para esto todos cuentan.

Reparemos la oposición

Luego del resultado electoral recién pasado, se avecina un conjunto de definiciones que la actual oposición debe resolver, tanto del ayer como del mañana.

Un análisis respecto del futuro Concertacionista debe comenzar por mirar el pasado reciente. El futuro escenario requiere enfrentar con claridad las causas que llevan a convertirse en oposición a gobiernos de alta aprobación ciudadana, pero también se debe mirar el resiente resultado donde candidato, pacto, partidos y gobierno; deberán despejar sus propios pudores para plantarse ante el nuevo controlador del mundo político y financiero del país: Piñera.

Decir que 20 años no es nada, puede ajustarse a la realidad, pues para la Concertación fue un periodo desde el que puede exhibir logros, pero también desaciertos; hechos que se enfrentarán a un inclemente gobierno de Piñera, particularmente con el legado de quien le entregó la banda presidencial, y todo indica, que además con la inexperiencia de ser oposición desde el Congreso.

Querámoslo o no, la ciudadanía optó por el cambio, lo que deja en evidencia que la Concertación de Partidos por la Democracia cumplió su rol histórico, pero a la vez es la gran derrotada de la elección, pues simplemente ante los ojos del elector, sus cuadros políticos no eran garantía de cambio. Entonces, la tarea es re-fundar el proyecto político en la sociedad del siglo 21, pero también renovar el elenco. Sino se hará más fácil para la Derecha prolongar su permanencia conservadora en La Moneda.

Son innegables los logros alcanzados por los gobiernos de la Concertación, pero finalmente no fueron de la Concertación, sino de los gobernantes y por cierto insuficientes para impedir el éxito electoral de la Derecha con su mensaje de cambio. Lo que deja el sabor del resultado es que hacer por hacer, sin proyecto de futuro, conduce a la derrota.

Primero es necesario decir que Frei no fue el principal problema, en la derrota de la Concertación. Merece el reconocimiento por haber estado disponible y por la dignidad familiar para enfrentar el desenlace final. El resultado, es la consecuencia de la suma o resta de muchos hechos y decisiones que los actores políticos (jóvenes y viejos – nuevos y consagrados, hombres y mujeres) tomaron o dejaron de tomar en el gobierno o fuera de él.

La derrota es obra de una minoría unida, contra una mayoría dividida. No se dieron durante el periodo de campaña, definiciones claras y orientadoras, es más tal era el grado de disonancia entre los actores concertacionistas, que las pugnas y contradicciones día a día eran más evidentes. Lo que ayer era el gran mal en la Derecha, en éste proceso electoral, fue el centro de la desorientación concertacionista. Por lo tanto faltó desde el inicio el discurso claro, orientador, épico del líder que se reavivó luego de la derrota.

Nadie reparó que las pautas precedentes, donde se sostenía que el liderazgo político y de gobierno radicaban en la misma figura, comenzaban a perder fuerza ciudadana a medida que avanzó el tiempo y que sólo se reafirmaba una en desmedro de la otra. Más que proyectar a la Concertación por sobre el periodo 2006-2010, la sociedad comenzó a ver que el gobierno era distinto a la Concertación. Desde el gobierno se ayudo a crear esa figura, sosteniendo que el primero era capaz de resolver lo inmediato y para ello no eran, aparentemente necesarios, los segundo; pues solo sumaban desprestigio a quien se acercara. Claro, después de la batalla todos son generales.

Terminada la elección, paradojalmente, el gobierno se encontró en la singularidad del aumento en la popularidad de la presidenta, no obstante haber perdido la elección más importante. Como se evidenció en el 2005 con Lagos: la popularidad del gobernante le es propia. No hay antecedentes en Latinoamérica que un gobierno, “exitoso”, pierda la continuidad de sus políticas. Nuevamente Chile es un modelo a estudiar.

Seamos claro, el gobierno de Bachelet comenzó mal. En los tres primeros años, el promedio de la popularidad presidencial (según CEP) fue de 42 puntos. A inicios del 2009, el indicador cambió su pendiente y todos olvidaron los problemas de instalación, designaciones, del Transantiago, de la legendaria revolución “pingüina” por el término del lucro en la educación y la perdida de gobiernos locales en la elección municipal.

Se consolidó en éste ambiente la cultura de la encuestas. Varios se sintieron atraídos al verse encumbrados en índices de popularidad nunca antes pensados, construidos en centros de análisis de Derecha. Perdón por la desconfianza. Pero se le ha dado un valor en extremo sobredimensionado de: serios, profesionales y asépticos políticamente. Es decir los Centros de estudios de Derecha hacen bien el trabajo. Mensaje entonces para los centros de estudios concertacionistas que quedaron en pie.

Se creó la percepción de su asertividad y por lo tanto se consolidó una imagen. Los guarismos presentados particularmente por la CEP Nº 61 de octubre de 2009, indicaron casi exactamente el resultado final. Entonces para ser claros, primero la historia como la contaba Marco Enríquez-Ominami, era cierta: Marco resultaba ser más competitivo ante Piñera en segunda vuelta y segundo su presencia, impidió que en primera vuelta la Derecha se acercara raudamente al 50%. Por lo que podemos traducir su figura como un factor de contención electoral, del descontento. Por cierto, eso no cambiará la apreciación que exista respecto de su persona.

El gobierno y nuestra mandataria termina un periodo exitosamente. Saliendo del atolladero inicial y quedando instalada para un nuevo periodo. Habrá que ver si los mismo partidos que perdieron todo en ésta elección, verán en la experiencia presente un factor de decisión para no reiterar los errores. Como dice la frase popular, “chiste repetido, suena a podrido”.

Por último, es necesario sumar en el análisis el rol de los partidos, quienes hicieron su parte del trabajo político-electoral, poniendo a disposición –principalmente- de la campaña parlamentaria sus equipos y cuadros. Vasta ver los resultados de los candidatos a la Cámara Baja respecto de la presidencial en primera vuelta. En el norte, se experimentó una mayor cercanía electoral entre Concertación y Frei, pero en el Sur no hay distritos donde Frei le gane a la Concertación. En el 83% de los Distritos, la suma de votos concertacionistas es ampliamente mayor a la candidatura presidencial. Lo que electoralmente significa, cruce de votos desde la Concertación hacia todos restantes presidenciables.

La misma capacidad de los partidos para prever escenarios electorales, en procesos anteriores, ajustando los razonamientos de candidaturas de forma tal que el resultado fuera exitoso para todos, ahora los llevo a radicalizar posturas y ajustar candidaturas en función de cuotas internas. Basta recordar la inquietud Radical en medio de la negociación parlamentaria o la demanda judicial en Arica entre compañeros de lista concertacionista, lo que resultó en un desafuero.

A nadie se le ha exigido en el tiempo una declaración de fidelidad a los ideales concertacionistas, pero resulta evidente que no todos, han actuado con el mismo rol político. Mientras para algunos la agenda valórica no era posible incorporar para otros, lo esencial pasaba por cambios al régimen constitucional. La verdad que la sociedad se ha vuelto cortoplacista y aspiraba a cambios disminuyendo la delincuencia, mejorando la educación, la salud y el empleo. Es decir, la lectura que se realizó de la sociedad fue desde ámbitos distintos a la demanda ciudadana, pues estos temas llevan más de un gobierno entre las prioridades sociales y particularmente no presentaron cambios para éste cuatrienio.

El desenlace es una Concertación derrotada, querámoslo o no hasta ahora no totalmente unida. Cual más cual menos, los candidatos de la Concertación trabajaron por alcanzar sus propios resultados y no los del colectivo, resaltando en la campaña los logros de Bachelet y no los de la Concertación. Esto mientras en la arena nacional, la frase rimbombante era: creemos que la política son proyectos colectivos. Pero la verdad es que solo vimos una preeminencia de proyectos individuales. Son muy pocos los candidatos que realizaron una campaña en consonancia con la presidencial. Consecuencia de esto se hizo campaña que redundo en un aumento en la popularidad presidencial, cuando hoy esa variable vale exactamente: nada.
Por lo tanto, el éxito fue de unos, pero el fracaso de todos (colectivamente).
En medio de esto el gobierno de Bachelet es sorprendido por un terremoto. Más que la magnitud Richter, es como fueron evaluados por la ciudadanía. Se vio, durante las primeras horas, un gobierno lento y una oposición oportunista.
Entregado el gobierno (frase que se debe remarcar). La oposición carece de liderazgos conductores y de un proyecto claro.
El actual gobierno parece incapaz de completar sus nombramientos y ha recurrido a la mantención de jefaturas y funcionarios Concertacionistas. Personas que con compromisos financieros se encuentran en una sola opción: continuar, para hacer el trabajo que el actual gobierno requiere.

sábado, marzo 20, 2010

Plebiscitos: La Democracia de Chile para el siglo 21


Las búsquedas de segundas interpretaciones o de objetivos, que han provocado el plebiscito ciudadano de amplia participación y de muy buen resultado en Vitacura, nos plantea un conjunto de desafíos políticos que vienen germinando en los últimos años, pero que requieren de claridad desde el inicio hasta la publicación exacta de los resultados.

La convocatoria ciudadana a un plebiscito, generada por la presión de la misma comunidad, debería ser vista con agrado por otras organizaciones comunales para solucionar problemas, a lo menos, en desarrollo e inversión. La situación más grave desde el punto de vista urbanista, se ha vivido en comunas como Ñuñoa, donde se ha arrasado con barrios en beneficio de la rentabilidad, pensemos comunal. En conclusión: se ha privilegiado la rentabilidad municipal y no comunitaria. El llamado bien común, simplemente no se ha calculado en función de los beneficiarios.

El plebiscito pone en práctica la cultura cívica, es un ejemplo digno de imitación. Ya quisieran otros municipios convocar a un importante número de personas y estos ser parte de las decisiones comunitarias. Por ende el objetivo prioritario de la convocatoria se ha cumplido y las reglas han establecido que el Municipio debe acatar dicho mandato.

Que mejor ejemplo para poder controlar el quehacer para el cual está electo un Alcalde que éste. Entonces, sólo el incumplimiento del resultado democrático del plebiscito podría provocar la destitución del edil en cuestión. La convocatoria urbanista, necesaria y urgente, no puede ser vinculante con la gobernabilidad edilicia. Queramos o no el edil fue electo recientemente con un 56,53% en un proceso democrático como el que se está analizando y nuestra sociedad no dispone del instrumento de revocatoria. Entonces al ser un proceso relacionado con la búsqueda del alejamiento del Alcalde, que interés tendrían otros Alcaldes de seguir un tan notable ejemplo democrático, en materias de alto interés comunitario, como el que se desarrolló en Vitacura.

Muy distinto es lo que vendrá en la lectura política del resultado. El alcalde perdió 3-0. Y obliga a quienes defendieron y ganaron con la postura del NO, a ser críticos con sólidos argumentos, ante un edil que se ha debilitado electoralmente en el tiempo.

Como colofón, éste acto ciudadano abre una puerta al irradiar la necesidad de más participación, a nivel local como a nivel nacional. En discusiones que ya no pueden estar concentradas en pequeños grupos, más aún cuando es evidente que existe disponibilidad a participar. Entonces al ver la desavenencia de estos días en temas valóricos que nos atañen a todos por igual y respecto de los cuales todos tenemos opinión, porqué mejor planteamos que se plebiscite. La discusión es de todos.